Hierro fundido: El hierro fundido es uno de los materiales más utilizados históricamente para componentes de bombas y válvulas. Su composición incluye hierro, carbono y silicio, lo que contribuye a sus excepcionales propiedades de fundición. El hierro fundido se puede verter en moldes complejos, lo que lo hace ideal para formas complejas. La alta resistencia al desgaste del hierro fundido lo hace adecuado para aplicaciones que involucran fluidos abrasivos. Sin embargo, su susceptibilidad a la corrosión puede limitar su uso en ambientes agresivos a menos que esté protegido con recubrimientos. Además, la tendencia del hierro fundido a volverse quebradizo a temperaturas más bajas plantea un riesgo en aplicaciones en climas fríos, lo que puede provocar fallas si no se maneja adecuadamente.
Acero al carbono: El acero al carbono está compuesto principalmente de hierro y carbono, con variaciones en el contenido de carbono que conducen a diferentes propiedades mecánicas. Se puede clasificar en aceros de bajo, medio y alto carbono, cada uno de los cuales ofrece distintas ventajas. La resistencia mecánica del acero al carbono lo convierte en una excelente opción para aplicaciones de alta presión, ya que puede soportar fuerzas sustanciales sin deformarse. Sin embargo, la falta de resistencia inherente a la corrosión del material requiere recubrimientos o tratamientos, especialmente cuando se usa en ambientes con humedad o sustancias corrosivas. La necesidad de mantenimiento e inspecciones regulares puede aumentar los costos operativos en entornos donde se emplea acero al carbono.
Acero inoxidable: El acero inoxidable contiene un mínimo de 10,5% de cromo, lo que le confiere una notable resistencia a la corrosión debido a la formación de una capa pasiva de óxido. Varios grados, como 304 y 316, proporcionan diferentes niveles de resistencia a la corrosión y al calor. El acero inoxidable es particularmente valioso en industrias que requieren limpieza e higiene, como la de procesamiento de alimentos y la farmacéutica. Su resistencia a la corrosión garantiza una vida útil más larga y minimiza el riesgo de contaminación. Sin embargo, el acero inoxidable puede ser más caro, lo que puede afectar las consideraciones presupuestarias en aplicaciones a gran escala. Su resistencia a altas temperaturas lo hace adecuado para aplicaciones con exposición al calor, mejorando aún más su versatilidad.
Bronce: El bronce es una aleación de cobre, generalmente combinado con estaño, aunque se pueden incluir otros elementos para mejorar sus propiedades. Su excelente maquinabilidad y características de baja fricción lo convierten en la opción preferida para muchas aplicaciones. La resistencia a la corrosión del bronce lo hace ideal para ambientes marinos y aplicaciones que involucran productos químicos. Su capacidad para resistir el desgaste por fricción (desgaste debido a la adhesión entre superficies) es crucial para las piezas móviles de bombas y válvulas, lo que mejora la confiabilidad operativa. Las piezas fundidas de bronce también pueden soportar temperaturas elevadas, pero su mayor costo en comparación con el hierro o el acero puede limitar su uso en algunas aplicaciones.
Aluminio: El aluminio es conocido por su peso ligero y buena resistencia a la corrosión. A menudo se alea con otros elementos, como magnesio o silicio, para mejorar su resistencia y durabilidad. El bajo peso de las piezas fundidas de aluminio puede facilitar el manejo y la instalación, especialmente en aplicaciones móviles. Si bien pueden no ser adecuados para aplicaciones de alta presión debido a su menor resistencia a la tracción en comparación con los aceros, el aluminio funciona bien en aplicaciones donde la resistencia a la corrosión es primordial. Además, la reciclabilidad del aluminio se alinea con las prácticas sostenibles en la fabricación.